El viejo callejón
de los recuerdos espumosos
está desolado
llorando
sin consuelo.
En su cuerpo polvoriento
al son invariable del viento
se rompieron llantos
estallaron carcajadas
de niños juguetones.
A la luz del sol
a la luz de la luna
sin horario alguno
cuadrillas de niños
invadían al risueño callejón.
Con gozo observaba
los célebres acontecimientos
en su parda anatomía.
Alegre, siempre alegre
colmando de contento
su corazón de barro.
Los infantes crecieron
partieron
dejando triste al callejón
como si fuese un rincón
de juguetes pasados.
Incansables otoños han transcurrido
las hojas secas lo acarician y se van,
el invierno desata
su llanto inconsolable,
y en primavera ni las malas hierbas
crecen en él,
los pájaros trinan
lejos, muy lejos,
y el ardiente verano
quema los últimos
vestigios de sus años de gloria.
El viejo callejón
de los recuerdos espumosos
esta desolado
llorando
sin consuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario